Una madre de Indiana enfrenta al menos 9 cargos luego de ser acusada de inyectar excremento en el tratamiento intravenoso contra el cáncer al que estaba siendo sometido su hijo, de 15 años.
Tiffany Alberts, de 41 años, supuestamente lo hizo porque esperaba que resultara en un traslado de su hijo a un mejor hospital que ofreciera un tratamiento más efectivo.
En lugar de ello, el niño se enfermó gravemente, sufrió shocks sépticos y necesitó cirugía. Las enfermedades provocadas por la intervención materna finalmente resultó en un retraso de su tratamiento contra el cáncer, arriesgando su opción de mantener su leucemia en remisión.
Las autoridades señalan que la inyección de excrementos en la bolsa intravenosa de la quimioterapia comenzó en septiembre, al poco tiempo de que el menor empezara el tratamiento. Días después, el adolescente volvió al hospital infantil Riley de Indianápolis con fiebre, diarrea y vómitos. Los doctores le hicieron pruebas de sangre y encontraron en ella organismos propios dela materia fecal.
Para resolver el misterio, el personal del hospital instaló cámaras de vigilancia en la habitación del niño, que supuestamente captó –más de una vez– a la madre usando una jeringa para inyectar algo en la bolsa de quimioterapia que tenía puesta su hijo.
De acuerdo a los documentos del juicio filtrados por la prensa, Alberts se habría defendido diciendo que estaba inyectando agua en la bolsa de quimioterapia, porque la medicina que le estaban dando a su hijo “le quemaba”. Luego, confesó que lo que en realidad le había inyectado era materia fecal.
Alberts enfrenta cargos de descuido de un dependiente, negligencia con un dependiente con resultado de lesiones corporales graves, agresión y seis otros cargos de agresión agravada.
¿Qué opinas de esta noticia? ¡Comenta en nuestra página de Facebook!
