La masculinidad tóxica no es nociva sólo para las mujeres: los hombres que se perciben a sí mismos como más poderosos que las mujeres o se comportan como ”galanes”, son más propensos a sufrir problemas sicológicos que quienes se ajustan menos a la norma de lo “masculino”. Y no sólo tienen más problemas, tienden a no buscar ayuda para resolverlos.
Así lo prueba un estudio de la American Psychological Association, realizado a través de un análisis de datos recopilados por varios estudios en el área, y que fue publicado por el Journal of Counseling Psychology.
La muestra incluyó 20 mil hombres, predominantemente blancos, pero también afrodescendientes y asiadescendientes en buena medida. Los investigadores los evaluaron usando un inventario de 11 normas que los sicólogos caracterizan como expectativas tradicionales de masculinidad, y luego las relacionaron con salud mental positiva o negativa y frecuencia de búsqueda de ayuda profesional.
Las “normas de masculinidad” escogidas fueron:
-deseo de ganar
-necesidad de control emocional
-conducta arriesgada
-violencia
-necesidad de dominación
-promiscuidad sexual, “galanería”
-autoconfianza exagerada
-importancia otorgada al trabajo
-necesidad de poder sobre las mujeres
-desprecio por la homosexualidad
-búsqueda de estatus
En general, la conformidad con las normas “masculinas” estaba ligada con salud mental negativa, presentando estrés, depresión, ansiedad, problemas de abuso de sustancias y mala evaluación de su imagen corporal. Tres normas, especialmente, mostraron una fuerte correlación con la mala salud mental: autoconfianza excesiva, necesidad de poder sobre las mujeres y conducta de “galán”, siendo las últimas dos las más fuertemente asociadas con actitudes y comportamientos sexistas o misóginos.
“Nuestros hallazgos sobre la relación poco favorable entre la conformidad a las normas de masculinidad predominantes y necesidad de poder sobre las mujeres es chocante”, señaló el principal autor del estudio, el psicólogo y profesor de la Universidad de Indiana, Doctor Y. Joel Wong. “El sexismo es una injusticia social que es dañina para todos, incluyendo a sus perpetradores”, indicó.
Adicionalmente, los hombres que mostraban más comportamientos sexistas tendían a no buscar ayuda en sus problemas psicológicos, probablemente debido a la idea de que los hombres no pueden ser “débiles” y buscar ayuda sería una muestra de ello.
No todas las características masculinas venían acompañadas de riesgos para la salud mental. La importancia otorgada al trabajo no se asoció ni con buena o mala salud mental, y la conducta arriesgada tuvo correlación tanto con buen y mal estado mental, demostrando que es el tipo de conducta arriesgada lo que hace la diferencia.
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