La semana pasada, Trump eligió a la multimillonaria Betsy DeVos como la secretaria de Educación de su gobierno, que comenzará en enero de 2017.
“Bajo su liderazgo, reformaremos el sistema de educación estadounidense y quebraremos la burocracia que está deteniendo a nuestros hijos para que así podamos darle una educación de clase mundial y posibilidades de escoger escuelas a todas las familias”, señaló el presidente electo en la ocasión.
Lo que no dijo Trump, sin embargo, es que DeVos es la principal financista de The Acton Institute, una organización conservadora sin fines de lucro que hace unas semanas ha abogado por reinstaurar el trabajo infantil, al considerarlo “un regalo para nuestros niños”.
“No basta con enseñarle a nuestros hijos a jugar y a estudiar, integrando pasatiempos con actividades educacionales”, plantea el ensayo elaborado por Joseph Sunde, coordinador de la institución. “Un largo día de trabajo y mucho sudor también pueden enseñarles mucho”, señaló.
Si bien el trabajo infantil no está prohibido universalmente en los Estados Unidos –las excepciones más claras son los niños actores y los repartidores de periódicos-, está firmemente regulada por la ley.
Como señala el periodista de la New York Times Magazine, Jeff Sharlet:
Betsy DeVos-funded Acton Institute argues for abolition of child labor laws, says mining wld be "exciting life" for poor kids. Seriously.
— Jeff Sharlet (@JeffSharlet) November 23, 2016
Acton Institute, financiado por Betsy DeVos, pide la abolición de las leyes sobre trabajo infantil, argumentando que la minería sería una tarea “emocionante” para los niños pobres. Y lo dicen en serio.
DeVos fue miembro de la junta directiva de Acton durante una década y, si bien no está muy clara la influencia que ejerce en ella hoy en día, el sitio web de la organización le ha hecho una dedicatoria felicitándola por su nominación en la secretaría.
Pero eso no es todo:
“Ella ha hecho lobby para fallidos proyectos como cupones para financiar escuelas privadas con fondos provenientes de los contribuyentes, lo que quita financiamiento y control local de nuestras escuelas públicas”, ha señalado la Asociación Nacional de Educación. “Estos planes no ayudan a nuestros estudiantes más vulnerables, dado que ignoran y exacerban obvias brechas sociales de acceso a la educación. Ella siempre ha impulsado una agenda corporativa para privatizar, desprofesionalizar e imponer soluciones precarias a la educación pública”.
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