Anneliese Michel era una jovencita común y tranquila, incluso retraída, que creció en una familia profundamente católica en Leiblfing, Alemania, durante la década del 50. Iba a misa al menos dos veces a la semana junto a sus padres, Josef y Anna, y sus tres hermanas.
Su madre, con un gran sentimiento de culpa por la muerte de una hija ilegítima anterior que murió a los 8 años, le dio una educación profundamente católica basada en la expiación de los pecados mediante el sacrificio.
Cuando tenía 16 años –en 1969-, Anneliese empezó a convulsionar y se le diagnosticó epilepsia, y además tuvo que ser internada en un psiquiátrico por un cuadro de depresión severa.
A los 20 años, la joven ya no toleraba ver objetos religiosos y había comenzado a oír voces y ver caras. Tanto su familia como la propia Anneliese se empezaron a convencer de que tenía un demonio dentro.
Los primeros hombres de fe que visitaron, le explicaron a la familia que era un caso médico, no religioso. De hecho, le habían diagnosticado esquizofrenia.
Sin embargo, los Michel ya habían decidido que lo que le pasaba a Anneliese era algo sobrenatural y la hicieron abandonar los tratamientos médicos.
Fue cuando se encontraron a los sacerdotes Ernst Alt y Arnold Renz que encontraron un apoyo para comenzar los exorcismos. Durante las sesiones, la joven era encadenada a una silla sin poder comer, beber, o dormir.
En ellas, la pareja de curas encontró que los demonios que poseían a la joven eran varios: Caín, Judas, Hitler, Nerón y el mismísimo Lucifer.
Luego de 11 meses y 67 sesiones de exorcismo, el cuerpo de Anneliese no dio más: tenía neumonía, anemia, se había roto los ligamentos de las rodillas y murió alos 23 años, pesando 30 kilos.
La autopsia reveló que la joven había muerto de desnutrición y deshidratación.
Ante esto, los padres y los sacerdotes fueron declarados culpables de homicidio por negligencia y se les condenó a seis meses de cárcel, sustituidos por una fianza y tres años de libertad condicional.
Este caso abrió un fiero debate sobre la libertad religiosa y los derechos paternales en Alemania: ¿Cuándo debe intervenir el Estado, en razón dela seguridad y el bienestar de las personas?
Al menos, desde este caso, ya no hay más exorcistas en el país.
En una entrevista en 2005, los Michel revelaron que aún piensan que su hija estaba poseída por un demonio.
De hecho, creen que con la muerte se liberó de su desgracia.
Eso último, de todas formas, no es tan discutible.
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