Probablemente recuerdas a Christopher Reeve por su icónico papel como Superman en las películas que se hicieron entre 1978 y 1987. Así como el rostro de Robert Powell se transformó en sinónimo de Jesucristo, la cara de Reeve fue asociada para siempre al del hombre de acero.
Si bien el actor murió en 2004, su legado continúa con la fundación que creó para ayudar a personas que, como él, sufrieran lesiones medulares. Quien está a cargo de la organización es su hijo, Will, quien con 24 años ya es la viva imagen de su padre.
No sólo tiene la misma sonrisa o mirada, también tiene las misma estatura y facciones bastante similares a las de su padre. Asimismo heredó el espíritu solidario de su padre, quien quedó tetrapléjico en 1995, luego de un accidente a caballo.
“En todo lo que hago, intento honrar el legado de mis padres. Quiero mantener vivos sus nombres”, ha dicho el joven, quien perdió a su madre, Dana, en 2005 cuando falleció debido a un cáncer de pulmón.
Tal como su padre, Will Reeve ama los deportes.
De hecho es reportero del Sports Center de ESPN
Y posee una tierna sonrisa como la de su padre
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