La joven china Li Tan (23) estaba convencida de que su novio, De Wu, la estaba engañando con una mujer desconocida. Un día De Wu le había prometido regresar a la casa a una hora determinada, y –al ver que pasaban las horas y no llegaba- Li se enojaba más y más por hacerla esperar.
Fue así que se le ocurrió un particular plan de venganza: fue a una tienda cercana, compró unas cuántas cajas de toallas higiénicas menstruales y pegó una treintena de ellas en el Toyota que De había rentado.
Si bien los amigos de Li le advirtieron que no tomara decisiones apresuradas y viera qué tenía que decir el hombre en su defensa, ella estaba furiosa y siguió con su plan.
“No escuchaba porque se había convencido de que él la estaba engañando, así que la dejé que hiciera lo que estaba tan determinada a hacer”, dijo uno de sus amigos.
Así fue como Li compartió fotos de su “proyecto” en internet, diciendo “¡es verdad! ¡lo hice!”. Gente de todo internet la felicitó por lo que había hecho: “eso le enseñará”, decía un usuario; “deberías haberlo hecho con toallas usadas”, decía otro.
Cuando De finalmente llegó a la casa, vio el estado de su coche arrendado y le intentó explicar a Li dónde había estado.
Y ahí es cuando la verdad se supo.
Resulta que no la estaba engañando, sino que –al contrario- estaba en la casa de un amigo planeando una fiesta sorpresa para Li.
De incluso le mostró la reservación por internet que hizo en un restaurant para una costosa cena de cumpleaños, antes de contarle que estaba planeado que sus amigos llegaran después para que celebraran todos juntos.
Li eventualmente le creyó a su novio y se reconciliaron. “Pero no creo que alguien vaya a querer arrendar ese auto por un buen tiempo”, bromeó De.
¡Por eso es que hay que esperar a tener toda la información antes de emitir juicios y, sobre todo, actuar en consecuencia!
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