En medio del auge de la discusión sobre la violencia de género que afecta a mujeres en todo el mundo, ha salido a la luz el caso de un hombre que violó a su hija menor de edad durante 4 años y que fue condenado a 1.503 años de prisión.
René López, de 41 años, fue condenado por el Tribunal Superior de Fresno, California, por abusos sexuales reiterados contra su hija entre 2009 y 2013. Fue en mayo de ese año que juntó valor para denunciar a su padre e irse de la casa.
En septiembre el jurado lo declaró culpable por un total de 186 cargos por violación a una menor. Posteriormente, el juez Edward Sarkisian Jr. accedió a la condena pedida por la fiscal, Nicole Gastan, y en su veredicto lo declaró como “un grave peligro para la sociedad”, ya que nunca mostró arrepentimiento.
Gastan expuso que la víctima fue abusada primero por un amigo de la familia y el padre, en lugar de proteger a su hija, “eligió convertirla en un objeto de su propiedad y para su uso para satisfacer sus necesidades sexuales”. Incluso quedó embarazada de su padre, y éste pagó los gastos del aborto.
“Él arruinó sus años de adolescencia y le hizo sentir como si fuera su culpa”, añadió la fiscal en su argumentación.
“Mi padre abuso de mí. Era joven, no tenía poder ni voz. Estaba indefensa”, testificó la joven que hoy tiene 23 años.
La condena de López no hubiera sido tan alta de haber reconocido su culpabilidad, lo que le hubiera permitido llegar a acuerdos por condenas entre los 13 y los 22 años de cárcel.
Este caso contrasta con los 43 días de prisión a los que fue condenado un padre que abusaba de su hija de 12 años, ocurrido en Montana y que conocimos hace unos días.
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