La semana pasada, se filtró un audio de Donald Trump presumiendo de besar mujeres sin su consentimiento y de “agarrarlas por el coño”. Sus fanáticos aún lo justifican diciendo que “son sólo palabras”, haciendo oídos sordos a quienes apuntan que esas declaraciones son sólo un síntoma de la horrible forma de ver y tratar a las mujeres que tiene el candidato (compartida preocupantemente, además, por muchos hombres).
Si, con casos como el de la adolescente que empalaron en argentina hace unos días, queda alguna duda de lo normalizada que está la violación en nuestra cultura, basta ver que un hombre que habla así del género femenino aún tiene posibilidad de convertirse en el hombre más poderoso del planeta.
Horrorizada por las declaraciones de Trump, la actriz, autora y directora Amber Tamblyn decidió contar su historia de abuso sexual para probar que las palabras del republicano duelen más que sólo en la superficie.
Usando Instagram, Tamblyn habló de un novio que la abusaba de formas bastante similares a las que Trump describe en el audio filtrado.
“Necesito contarles una historia. Con el amor y apoyo de mi esposo, he decidido compartirla públicamente. Hace mucho tiempo terminé una relación larga y abusiva emocionalmente con un hombre. Una noche estaba en un show junto a unas amigas en Hollywood, escuchando a un DJ que nos gustaba. Sabía que podía haber posibilidades de que mi ex apareciera en el lugar, pero me sentía protegida junto a mis amigas.
Sin entrar en detalles, les diré que mi ex llegó y se acercó a mí en medio de toda la gente. Es muy grande, más alto que yo. Apenas me vio, me tiró del cabello y con su otra mano fue debajo de mi falda y me agarró la vagina -¿mi coño?- y me levantó en el aire, literalmente, y me llevó, como algo que le pertenece o como una bolsa de basura, afuera del club.
Sus dedos estaban prácticamente adentro mío y su otra mano tiraba muy fuerte de mi pelo. Yo lloraba, pateaba y gritaba. Me llevó de esta forma, suspendida en el aire con sus manos, por todo el club, empujando gente hasta que llegó a la puerta principal. Mis amigas corrieron detrás de él, tratando de detenerlo. Cuando pasamos la puerta principal, gracias a Dios sus hermanos estaban ahí e intervinieron. En la pelea tiró de mi ropa, me gritó y de paso destrozó el collar de mi abuela que estaba usando. No recuerdo el resto de la noche, como salí del auto o cómo escapé de él es un recuerdo muy borroso. Nunca volví por mi collar.
Esa parte de mi cuerpo, que el actual candidato a la presidencia Donald Trump describió como algo por lo que le gusta agarrar a las mujeres, estuvo muy herida por al menos una semana después del incidente con mi ex novio. Me dolía usar jeans y no podía dormir sin una almohada entre mis piernas para evitar el roce.
Recuerdo la vergüenza.
Temo que mi madre lea este post, y aún más que mi padre lo lea porque partiría sus corazones. No podría soportarlo. Pero ustedes entienden, necesitaba contar esta historia.”
Así es, lo entendemos, Amber. Ojalá todo el mundo pudiera comprender también que las mujeres no son objetos que pueden ser tomados, adueñados, abusados. Ojalá lo entiendan también los votantes norteamericanos y salven a su país y al resto del mundo de tener a semejante escoria en la presidencia del país más influyente del mundo.
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