Cuántas veces nos hemos visto frotando con todo lo que se nos ocurre la rejilla del horno para sacar esos restos de comida que probablemente ya estén fosilizados en ella. Bueno, acá hay una solución para acabar con esas largas jornadas en cinco simples pasos.
Sólo necesitas:
-Una toalla vieja
-Una esponja
-Un cepillo de dientes viejo
-Detergente (líquido o en polvo. Puede ser incluso lavalozas)
Coloca la toalla vieja en la bañera (o un lugar similar donde pueda caber la rejilla del horno) para protegerla de rayones durante el proceso. Encima, pon la rejilla y larga el agua caliente hasta que la cubra.
A continuación, echa detergente encima de la rejilla cubriéndola por completo.
Luego, déjala reposar por unas 6 horas (o un máximo de 10). Lo ideal es hacerlo antes de dormir para que, al levantarte, puedas sacarla.
Una vez pasado el tiempo de reposo, entonces, la sacas y la limpias con una esponja y usas el cepillo de dientes viejo para los rincones difíciles.
En menos de 10 minutos de labor, tendrás una rejilla como nueva.
En este video puedes ver el proceso (en inglés):
¿Qué te parece? ¡Comparte con tus amigos clickeando abajo!
