Tío David es un malayo de 65 años que empezó a vender peluches en la calle hace 15, y a quien, desde 2014, su trabajo le ha servido para pagarse el tratamiento contra la leucemia que lo afecta.
Es por eso que el Tío se emocionó cuando le encargaron 250 peluches de Pokemon: iba a lograr conseguir una buena cantidad de dinero que le permitiría cubrir más rápidamente sus necesidades médicas.
Sin embargo, el comprador nunca se presentó y Tío David quedó en la calle con las bolsas de peluches. Fue ahí cuando entró en acción internet: un transeúnte que lo vio vendiendo, compró una bolsa de sus peluches y compartió su historia en Facebook.
En apenas un par de horas, el post había sido compartido miles de veces y todos los peluches ya se habían vendido. “Dios envió a sus soldados a la acción”, dijo el Tío David, que –cuando agotó su stock de peluches- fue a buscar más y pudo venderlos todos de nuevo y en muy poco tiempo.
“Antes de que esto pasara, me costaba vender 50 peluches a la semana. Ahora vendo cerca de 500 por día”, declaró contento el residente de Kuala Lumpur, capital de Malasia.
El hombre, cuyo nombre real es David Christopher, es un padre soltero que –además de luchar contra el cáncer que lo aqueja- tiene un hijo estudiando en Norteamérica. “Mi hijo se fue el 12 de mayo de este año. Estará ahí por 3 años y 10 meses gracias a una beca”, cuenta.
“Mi hijo ha tomado un trabajo de medio tiempo en los Estados Unidos para poder pagarse sus gastos ¡Estoy tan bendecido de tenerlo!”, señaló a los medios.
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