Cuando el pequeño Cayden vio que su amigo en la Challenger Elementary School de Michigan recibió un sándwich de queso en vez de una comida caliente porque no tenía dinero en su cuenta de almuerzo, supo que tenía que hacer algo.
Y lo hizo: ese mismo día le preguntó a su madre qué podía hacer para ayudar a los niños que no podían pagar por su almuerzo y entre los dos hicieron una página para juntar fondos llamada “Pay it forward: No Kid Goes Hungry” (“págalo después: para que ningún niño tenga hambre”).
En apenas dos semanas, la página reunió lo suficiente para pagarles el almuerzo a 295 compañeros de escuela de Cayden.
Pero Cayden, de apenas 8 años, no se quedaría tranquilo y, además de poner arriba el sitio, recicló botellas y latas para juntar más dinero. En total reunió unos 7 mil dólares, que fueron a parar a las cuentas de almuerzo de sus compañeros que registraban deuda o que no tenían saldo.
“Estoy muy orgullosa de mi hijo”, contó Amber Melke-Peters, madre de Cayden, “tiene apenas 8 años y que le preocupen estos temas me impresiona mucho para bien. Tiene un corazón de oro”.
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