Oficiales de la policía estaban investigando una pequeña empresa maderera cuando encontraron 37 bolsas sin etiquetar, al parecer, rellenos de serrín, acomodados dentro de unos vagones de ferrocarril.
Cuando la policía abrió las bolsas, encontraron algo mucho peor que las virutas de madera. Dentro había una pila de partes de oso cortadas, destinadas para el contrabando en el extranjero.
En el transcurso de la inspección, los agentes encontraron un total de 527 pies de oso, vesículas biliares y tres glándulas de ciervo almizclero.
Las partes del cuerpo probablemente iban con destino a China u otro lugar de Asia, donde existe una alta demanda por piezas de la vida silvestre. Las patas de oso son considerados un manjar y se utilizan para hacer sopa; las vesículas biliares y otras piezas se utilizan en la medicina tradicional.
Los osos son a menudo víctimas del comercio ilegal; Animal’s Asia estima que más de 1.000 de ellos están actualmente cautivos en granjas ilegales en Vietnam, dónde permanecen por años, en pequeñas jaulas para removerles la bilis a través de heridas muy dolorosas en sus costados.
Debido a su proximidad con China y el mercado asiático, Rusia se enfrenta a amenazas continuas de cazadores furtivos sin escrúpulos. El Ministerio del Interior dijo que se está realizando una investigación.
“La policía está estableciendo todas las circunstancias del asunto, el daño causado a los intereses del estado que están protegidas por la ley, y las personas implicadas en la caza furtiva y el contrabando de derivados de animales”, indica el comunicado.
Por desgracia, nunca vamos a saber de los osos a los que les cortaron sus patas. En ocasiones quedan mutilados pero con vida.
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