El intento de golpe de estado ocurrido en Turquía el pasado viernes dejó más de 7 mil detenidos y hasta ahora se ha despedido a miles de personas en el Gobierno, como una forma de limpieza de los simpatizantes del pronunciamiento, iniciada por el Presidente Recep Erdogan.
Los procedimientos han causado la detención de 6 mil militares, 755 jueces, 650 civiles y más de 100 policías, todos ellos vinculados al intento de golpe.
Casi 9 mil policías fueron desvinculados de la institución, 30 gobernadores fueron retirados de sus funciones y unos 1.700 funcionarios y administrativos de Hacienda fueron despedidos.
Los militares que fueron parte de las acciones armadas durante el golpe han sido capturados y sometidos a duros castigos. Una imagen difundida por medios locales muestra a los soldados esposados y con el rostro cubierto a la espera de su sentencia.
Debido a la tensa situación en el país, el Presidente Recep Tayyip Erdogan sugirió restaurar la pena de muerte, abolida en 2004.
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