Vivimos en un mundo donde casi todo lo que consumimos viene en envases plásticos. Estos claramente son la manera más fácil de poder llevar y empacar todos los productos posibles, pero el problema no reside ahí, sino que cada día más y más plásticos cubren nuestro maravilloso planeta. Por muy cómodos que sean estos envases, nunca se ven bien cuando están desparramados por la superficie de nuestro único y valiosos planeta.
Un grupo de jóvenes consientes de el daño que le estamos causando a nuestro mundo y con la clara idea de que es muy difícil dejar de producir envasas plásticos, pensó en una innovadora idea de cómo poder darle alguna utilidad a todos esos desperdicios que están dando vuelta por el mundo.
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