El minimalismo japonés en decoración se representa en gran medida por el Feng Shui, ese arte de la simplicidad y la armonía. Pero en Japón, el minimalismo no es una moda, sino toda una filosofía de vida que trata de crear en cada morada un centro de relajación, un refugio para el descanso. Los japoneses saben bien que los ambientes influyen en las personas y en su forma de vida. Una habitación desordenada, un jardín lleno de basura y hojarasca o un espacio poco limpio, afectan a aquel que lo visita.
En Japón, se cree que cada mueble, lámpara o artilugio nos hace sentir alguna emoción. Y el minimalismo enseña un modo de vivir sencillo, integrado en la naturaleza, que respete unas normas de descanso, disciplina y el arte Zen. Es por ello que las casas tradicionales japonesas son frágiles, silenciosas y están poco cargadas. Se busca la decoración Zen, en la cual prima la funcionalidad: lo práctico es bello.
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