El diario español El País, publicó la historia de una niña de nueve años que tuvo que grabar una conversación con su padre para que le creyeran que él abusaba de ella. La pequeña había denunciado a su papá hace dos años pero el perito que la examinó no le creyó y archivó su caso.
María, un nombre falso para proteger su identidad, no quería irse con su padre los días que debía quedarse con él según lo acordado por un juzgado de familia. La policía la esperaba afuera del colegio mientras la niña gritaba y la madre les suplicaba que no la dejaran irse con su padre.
El primer indicio del abuso que sufría María fue al ir al doctor porque sentía ardor cuando iba a baño. Al preguntarle desde cuando le pasaba respondió que “desde que mi papá me clavó una uña”. También comentó que su padre le hacía “cosquillas” en los genitales y que a ella le desagradaba. Tuvo que volver al doctor luego de estar 10 días con su papá por una infección vaginal. El médico dijo que sospechaba de abuso sexual.
Desde ese momento, la niña tuvo que declarar ante médicos, policías, forenses y jueces pero su caso fue desestimado.
Hasta que el martes 7 de junio, María guardó una grabadora en uno de sus calcetines al terminar las clases y la dejó grabando. Ese día se fue con sus abuelos paternos y su padre y se pudieron grabar 6 horas que pasó con ellos. En un momento su papá la enfrenta por no comportarse bien con él e inician una conversación:
“¿Pero cuándo te he tocado yo?”
“Muchas veces” contesta la niña.
“Pero cariño, eso es para jugar”, dice el padre.
“Es que no tienes que hacerme eso nunca, mi cuerpo es mío”, le responde María.
“Cuando tú decías que no te tocara, yo paraba. Yo lo único que te estaba haciendo era cosquillas y estaba jugando contigo”, responde el papá.
Después interviene el abuelo explicándole a María que su padre la tocaba para lavarla, pero el progenitor le señala que “ella se refiere a otra cosa” y que “hable con ella como si fuera una persona mayor”. Ahí la abuela termina la conversación diciendo “ya, si lo sabemos”.
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