El pitbull negro había estado encadenado durante casi 10 años.
Solo en un sucio patio trasero de una pequeña población rural en Carolina del Norte, con una gruesa cadena alrededor de su cuello, el perro estaba rodeado por la suciedad, basura y un refugio improvisado horroroso. Un plato de estaño estaba casi fuera de su alcance. No tenía amigos y pasaba los días anhelando un compañero que nunca llegó.
Gricel Guerrero, una vecina, sabía sobre el perro, ahora llamado Chico. Ella conoció a Chico cuando los propietarios originalmente lo adoptaron cuando tenía unos 2 años de edad. “Los propietarios viven en una zona aislada, donde los vecinos también descuidan a sus perros”, dijo Guerrero.
Ella se sintió muy mal por el perro y trató de decirle a los propietarios que estaban siendo inhumanos.
“Les dije que el perro necesita atención veterinaria y paseos diarios, pero siempre dijeron que el perro estaba bien, y que era travieso y demasiado agresivo con otros perros para estar suelto”, dijo Guerrero.
Cuando los propietarios recibieron al perro, a menudo se sacaba el collar, ya que era muy estrecho para su cuello. Lo colocaban de nuevo en su lugar y lo amarraban de a la cadena.
“Cada vez que veía al perro abandonado me rompería el corazón, pero no podía hacer nada”, dijo Guerrero. “Hasta que un día dije, ya fue suficiente.”
Guerrero comenzó a ponerse en contacto con los grupos de rescate en su área para ver si alguien podía ayudar. No quería poner a los propietarios en problemas. “Solo quería que el perro fuera rescatado”, dijo Guerrero.
La mayor parte de los centros de rescate de perros estaban demasiado lejos y no podían ayudar. Un grupo sugirió llamar a las autoridades para que Chico saliera de esa situación.
Ella continuó la búsqueda de un rescate para liberar a Chico, y finalmente encontró Diva’s Safe Haven & Thrift, un pequeño grupo de rescate independiente quienes acordaron ir en su ayuda.
A continuación, tuvo que encontrar la manera de llegar a los propietarios para que entregaran al perro. El 2 de abril, ella y otras personas de la zona, se acercaron a los propietarios y realizaron un mini-intervención, pidiéndoles que dejaran a Chico. “Sorprendentemente me dijeron que sí”, dijo Guerrero. “Ese mismo día nos llevamos al perro al centro de rescate antes de que pudieran cambiar de opinión.”
Después de liberar a Chico, estaba tan feliz. “Nadie lo había sacado a dar un paseo en años por lo que parecía muy feliz de ir a alguna parte,” dijo Guerrero.
No se necesitó tiempo para que se sintiera cómodo con los rescatista. “Él es un chico dulce”, agregó.
Chico está ahora con Diva’s Safe Haven & Thrift y están trabajando para conseguir que se le realice un chequeo completo, ya que tiene tumores y artritis en sus patas traseras, además de ser sordo y casi ciego.
“Debido a su avanzada edad y lo que ha pasado, las personas del grupo de rescate dijeron que se quedaría allí con ellos”, dijo Guerrero.
Comparte este artículo con tus amigos, es una triste historia pero con un gran final para Chico.