Cuando su propiedad en el sur de California fue vendida, el propietario empacó todo y se fue, dejando atrás a su mascota.
Y así un pequeño perro asustado se encontró vagando por el vecindario, viviendo de las sobras y de lo que pudiera alimentarse, además quedó embarazada. Sin embargo, alguien se compadeció de la futura madre e instaló un cubo de plástico dado vuelta, con un trozo de madera que mantuviera la puerta abierta.
Y ahí es donde Eldad Hagar y Lisa Chiarelli de “Hope for Paws” la encontraron.
Resultó que el perro era agresivo ante la presencia de los seres humanos, ya que los niños el vecindario, habían robado todas sus cachorros, a excepción de uno y ella lo protegería contra viento y marea.
Pero ella tenía hambre y su cachorro también así que lograron acercárseles ofreciendo un trozo de hamburguesa, y así los equipos de rescate fueron capaces de atarle una correa alrededor de su cuello.
Poco a poco y con paciencia, los rescatadores calmaron a la perra y ganaron su confianza. Fue entonces cuando dejó que la tocaran. Su cachorro, por otro lado, no tuvo problemas en mostrarse amigable fácilmente. La cachorra fue llamada Meadow y su madre Zoe.
Después de aproximadamente media hora, Zoe y Meadow sintieron que estos humanos eran de confiar y dejaron atrás su vida en las calles para siempre. Esta vez, su confianza no sería traicionada.
La madre y la hija están ahora al cuidado de Shelter Hope Pet Shop, una organización benéfica con sede en California que busca hogares para los animales rescatados, uno donde vivan para siempre.
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