Praga es una ciudad a la que recomiendo viajar al menos una vez en la vida por sus hermoso parajes, su riqueza cultural y los muchos encantos ocultos de la capital de la República Checa. Entre ellos se encuentra la calle más estrecha del mundo, que se encuentra ubicada en esta ciudad. Se trata de la vía Kozeluzska, próxima al museo de Kafka.
Es una calle muy pintoresca que mide de ancho solo 77 centímetros y medio y la encuentras la zona histórica de la ciudad. Sus orígenes se remontan a la Edad Media y desde entonces ha permanecido inalterada y ha sido protagonista de numerosos acontecimientos. Como por ejemplo, las consecuencias de las fuertes lluvias caídas en la ciudad donde esta calle servía para desviar el agua que venía del monte Kyetnice, para llevarla fuera de la ciudad.
Hoy en día se le considera un tanto peligrosa, motivo por el cual se ha instalado un semáforo que regula el tránsito peatonal. Éste se usa de manera manual, de modo que para recorrerla y no quedarse atrapado con los peatones que accedan a ella en dirección contraria es necesario esperar a que el semáforo marque la luz verde.
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