Frederick Callison es un hombre de 52 años que llegó a Sacramento desde Washington hace dos años. Como asistente de cocina, esperaba encontrar empleo en el Ejercito de Salvación pero esto finalmente no resultó y terminó viviendo en las calles.
“No voy a pedir dinero, me niego”, con esta firmeza manifiesta su deseo de encontrar un trabajo en lugar de mendigar. Por esta razón se dedica a entregar su curriculum y su tarjeta de presentación a todo el que ve en la calle, con la esperanza de encontrar un tan ansiado trabajo.
Por suerte, uno de los transeúntes, Michael Marteen, recibió los antecedentes de Callison y se sintió tan conmovido con la historia que decidió compartirla, con el deseo de poder ayudar a esta persona en su noble misión.
Gracias a esta ayuda, Callison recibió una oferta de trabajo en una pizzería, donde además, le facilitaría un poco de ropa y un lugar donde quedarse mientras lograba ponerse de pie nuevamente.
“Es fácil mirar a alguien sin hogar y no ver más allá pero después de hablar con él, pude ver que era mucho más que eso. Es un hombre educado, tranquilo y agradable que sabe lo que quiere y trabaja para conseguirlo”.
Comparte este artículo con tus amigos, es una gran historia de superación.