Mientras que el sabor puede ser el más importante de los sentidos al disfrutar de una comida, un plato bien presentado puede también hacer una gran diferencia. Por ello, ser creativo a la hora de servir una comida posiblemente de mejores resultados que una preparación impecable.
Después de todo, con el suficiente esfuerzo, un desayuno sencillo (o el almuerzo) podría fácilmente convertirse en una obra de arte. Estos creativos padres encontraron que el mejor lienzo para sus obras de arte era un plato en blanco así que haciendo uso de todo su talento y esperando motivar a sus hijos a arrasar con todo lo que se les sirve dejaron volar su imaginación y acá están los resultados.
Comparte este artículo con tus amigos, los platos son tan hermosos que no sabría si comerlos o colgarlos.